<P>Estimado Santiago,</P>
<P>Efectivamente, ese estudio canadiense, y otros, hablan de una elevada tasa de morbimortalidad por efectos adversos de los fármacos de los cuales, y ahí está la esencia del tema, una gran proporción son evitables. </P>
<P>Pero de ello sólo se puede extraer una conclusión: es necesario realizar algún tipo de intervenciones con el objetivo de reducir dicha tasa. Sin embargo tu conclusión, necesidad de la AF, presupone la efectividad de la misma en la reducción de la morbimortalidad por la causa citada.</P>
<P>Quiero decir con ello que es indispensable realizar estudios que evidencien que la exposición del paciente a una determinada intervención es causa de un determinado resultado. Es muy, muy probable que muchas intervenciones de AF originen adecuados resultados ... pero ésto hay que probarlo. Una tecnología sanitaria no es aceptada por el colectivo profesional que la utilizará, hasta que no haya evidenciado su eficacia y efectividad.</P>
<P>Estimo, como farmacéutico, que esa es la gran asignatura pendiente que tiene la profesión farmacéutica: la demostración de la efectividad y del valor añadido que posee. Obvio decir, y más en este foro, que la AF es la única salida a la profesión. Cuando los clientes internos (la propia profesión) y externos (médicos, ATS, pacientes y Administración Sanitaria) tengan pruebas claras de ello, el camino será muy sencillo.</P>
<P>Un cordial saludo</P>
<P>Ángel Sanz</P>