[AF] Farmacia Comunitaria u Oficina de Farmacia?
Eduardo Satué
e.satue.000 en recol.es
Mar Mayo 25 13:47:44 CEST 2004
Estimado Jaime:
En España, las oficinas de farmacia se definen como "establecimientos
privados de interés público", tienen un doble carácter, comercial y
sanitario:
- Comercial porque es una empresa y evidentemente, con ánimo de lucro.
Las farmacias no son ONG.
- Y sanitario, porque es función primordial suya la atención
farmacéutica a la población que le corresponda, función que creo no
necesita aclarar su importancia
Esta es la fórmula española. Pero este doble carácter siempre será
básicamente el mismo sea cual sea el país. Lo que variará será que
carácter se acentúe:
- en los países más neoliberales o con menos regulación social,
probablemente pueda acentuarse el carácter comercial. Así, en el modelo
anglosajón, encontramos de todo en una farmacia, desde los medicamentos
a carteras del colegio o bombillas. Dentro de estos habrá que distinguir
entre los que tienen una regulación importante, como Inglaterra, donde
la función del farmacéutico es importante, o relajada o incluso
inexistente, como pueden ser diversos países africanos donde
prácticamente no hay función farmacéutica y funcionan como tiendas. El
peligro de un excesivo carácter comercial es que primen las ganancias
sobre el interés sanitario.
- en los países de economía socialista o donde las farmacias no son
comerciales sino funcionariales (como Suecia), el farmacéutico no
regenta su negocio sino que es un asalariado, pero al fin y al cabo,
seguirá existiendo un comercio estatal, el trabajo se seguirá
remunerando y el profesional estará ahí por vocación y para ganarse la
vida. El peligro es que el profesional se desmotive por falta de
incentivos o la cobertura a la población no sea tan extensa como en un
sistema más comercial.
Mi parecer es que el carácter comercial está presente en todos los
modelos porque al fin y al cabo, hay una serie de artículos de primera
necesidad que cambian de manos y eso conlleva una adquisición. Esto es
inevitable, salvo en un modelo tipo falansterio, donde todos trabajen
por amor al arte y todo sea gratis, pero que hasta el momento no se ha
conseguido más que en las pequeñas organizaciones tribales, donde
funciona el principio de reciprocidad, pero inaplicable en sociedades
más complejas. Querer ganarse la vida no es un delito sino una
necesidad. El problema empieza cuando el ánimo de lucro está por encima
de los criterios éticos y profesionales de nuestra sociedad. Por ello,
tratar de demonizar la oficina de farmacia porque se comercia sería lo
mismo que tratar de demonizar a los médicos porque cobran un salario.
Eduardo Satué de Velasco
Farmacéutico
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