Re: [AF] IMPRESIONES DE UN FARMACÉUTICO AMERICANO EN EUROPA
Borja Marcos
BORJAMAR en SARENET.ES
Lun Abr 3 17:00:57 CEST 2006
> Como pone en evidencia las reflexiones del farmaceutico americano
> Loyd Allen
> , la farmacia francesa funciona de esa manera . Es justamente el
> modelo a
> evitar si hablamos de actividad farmaceutica como profesion
> sanitaria que
> utiliza "conocimientos" para ayudar a mejorar la salud de la
> población.
Pues yo voy a aprovechar este mensaje para hacer algunas reflexiones
(como usuario y espectador) sobre el estado real de la profesión
farmacéutica. Empiezo advirtiendo que no soy un profesional de la
salud en ninguno de sus campos, que me dedico a algo muy diferente
(seguridad informática) pero que además hago en ocasiones algo de
divulgación científica.
Dicho esto, mi opinión como usuario de los diferentes servicios
sanitarios (medicina, farmacia...) es que, efectivamente, una
farmacia no puede ser una simple tienda. Debe estar atendida por
profesionales con unos conocimientos especializados que podrán
asesorarme, y, por qué no, como mínimo me van a ofrecer un "chequeo
de seguridad" adicional, una protección adicional, frente a un
hipotético error de quien me ha prescrito un medicamento. Aunque sea
solamente por eso, creo que tiene un valor enorme. Sí, el concepto de
"atención farmacéutica" como se plantea en esta lista es mucho más (y
aún más valioso), y no lo discuto. He dicho "como mínimo".
Además, el que una farmacia fuera simplemente un lugar donde se
dispensan medicamentos sería un enorme despilfarro de conocimiento.
¿Para qué demonios necesito ahí a alguien que sepa algo sobre
farmacología? Bastaría con crear unos despachos burocráticos donde si
no hay receta no se entregue el medicamento y santas pascuas. No
haría titulación alguna. Respetando a rajatabla el protocolo,
problema resuelto, ¿no?
Los dos pilares de la carrera de Farmacia, que alguien me corrija si
me equivoco, son la Química y la Biología. Ambas disciplinas
científicas proporcionan los pilares en los que descansa la
Farmacología. A su vez, la Química se apoya fuertmente en la Física.
Y por tanto, un farmacéutico o farmacéutica (suelo escribir solamente
el neutro en lugar de poner ambos sexos, como ahora está de moda, por
pereza, pero que nadie se ofenda) debe adquirir, como requisito
imprescindible para la obtención de su título, una serie de
conocimientos de Química que incluyen unas nociones sobre la
estructura de la materia, sobre Termodinámica, etc. Por supuesto el
programa es muchísimo más extenso, estoy hablando solamente de los
principios más básicos.
Y es evidente, además, que cuando un profesional de la salud hace su
trabajo entrarán en juego esos conocimientos adquiridos durante la
carrera. ¿Para qué sirve, si no, una carrera? Si se tratara solamente
de establecer un filtro basado en el coeficiente de inteligencia y la
capacidad de trabajo bastarían una especie de tests psicotécnicos y
se acabó.
Sin embargo, cada vez que salgo a dar un paseo y paso junto a una
farmacia veo que existe una profunda contradicción entre el modelo de
la atención farmacéutica, por el cual en la farmacia hay
profesionales con un importante bagaje de conocimientos y la
realidad. Y esa contradicción está en el cartelito de "homeopatía"
que veo en la práctica totalidad de los establecimientos de farmacia.
De hecho, ahora mismo me confieso incapaz de decir en qué farmacia de
la zona por la que habitualmente me muevo (Getxo, Bilbao) _no_ está
puesto el cartelito de marras.
¿Y por qué me escandaliza tanto esto? No es que la homeopatía en sí
misma me resulte una estupidez (que realmente me lo parece). Lo mismo
me pasa con pinzas para las orejas, pulseras "magnéticas" (que, tiene
gracia, son de cobre), imanes para "imantar" el agua, etc. Pero si el
profesional que me atiende en la farmacia tiene realmente esos
"conocimientos" que mencionáis ¡y espero que sea cierto!, ¿cómo es
posible que pueda venderme o recomendarme algo que está en contra de
esos "conocimientos"? Porque esos "conocimientos" no son una
doctrina, como ocurre con la homeopatía y otras zarandajas similares;
se trata de conocimiento adquirido mediante el método científico,
algo sobre lo que hay bastante más certeza que sobre una simple
opinión o algo imaginado por un señor en el siglo XIX. ¿No?
Y es aquí donde creo que por parte de _todos_ los profesionales de la
salud debería hacerse un serio ejercicio de responsabilidad. Siento
ser tan franco, pero ¿alguien en sus cabales cree que podría confiar
en el criterio de un farmacéutico/a que no tenga una idea más o menos
clara de lo que es una molécula?
Lo que me preocupa, además, es que cuando discuto estos temas con
profesionales de la salud me encuentro con una serie de respuestas:
1- "Bah, no me creo nada pero no me parece que sea tan grave".
Postura curiosa, dado que la pseudociencia (en mi opinión) es el
camino para que su profesión acabe minusvalorada. Total, ¿para qué
hace falta saber todo eso si una opinión del curandero de turno tiene
el mismo peso?
2- "No me lo creo, pero ¿quién dice que la ciencia oficial tiene
razón?" "Ya se descubrirá", "En su día dijeron que Einstein estaba
loco", etc, etc. En este caso recomiendo encarecidamente leer algo
sobre historia de la ciencia, y en especial sobre cuál ha sido la
naturaleza real de las revoluciones científicas. Es evidente que no
podemos prever a priori si algunos fenómenos se van a observar en el
futuro o no, pero ¿no tenemos conocimientos suficientes como para
saber que si algunos presuntos fenómenos (como la memoria del agua)
fueran reales, no solamente lo habríamos observado, sino que además
observaríamos constantemente sus consecuencias?
3- "Tienes que abrir tu mente, eso es que te estás plegando a los
intereses de la medicina oficial y alopática", etc, etc. En este caso
pienso que quien me dice esto no ha entendido absolutamente nada de
lo que ha estudiado. Siento ser tan franco y directo, pero por
desgracia hoy día parece que es políticamente incorrecto tener una
postura más o menos firme y defenderla. Es más cómodo eso del "punto
medio".
Después de todo esto, creo que el asumir una responsabilidad ante un
paciente incluye el decirle que está equivocado cuando lo está.
Espero que a la hora de asesorarme o prescribirme algo tenga
realmente un criterio, y desde luego lo que me diga esté basado en un
corpus de conocimientos sólido. Y es imprescindible llamar a las
cosas por su nombre. Si me presento en una farmacia diciendo que
colgarme del cuello como amuleto un escudo de un equipo de fútbol es
bueno contra la gripe, me dirá que es una tontería, porque no hay
nada que haga que un amuleto tenga un efecto.
¿No ocurre lo mismo con la homeopatía? ¿O es que es más "respetable"
por ser antigua? Pues nada, volvamos a la teoría de los humores, para
el caso tiene el mismo fundamento. Creo que a partir del siglo XX en
determinados ámbitos se debe hablar de ciencia, y en ningún caso de
doctrina. Las doctrinas deberían haber pasado a la historia.
Un saludo,
Borja Marcos.
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