[AF] El colectivo sospechoso

Eduardo Satué e.satue.000 en recol.es
Jue Ene 19 13:35:13 CET 2006


Ayer, los asistentes al curso de actualización en farmacoterapia
realizado en Zaragoza, además de disfrutar del curso impartido por Flor
y por Cristina Valero sobre tiroides, tuvimos la oportunidad de escuchar
y conversar en directo con Martinez Olmos, actual Secretario de Sanidad,
sobre la nueva ley del medicamento.

No conocía a este señor pero tuvimos el gusto los allí presentes de
comprobar que es un hombre franco y directo que parece apreciar la
Atención Farmacéutica muy por encima de la media a la que nos tienen
acostumbrados los médicos. Este acto de diálogo, que me parece
imprescindible en democracia, me parece valorable porque no es lo
habitual en nuestros días, fuera de los discursos políticamente
correctos.

La sesión fue agridulce. Dulce porque Olmos transmitió el compromiso en
la nueva ley de defender a la farmacia como establecimiento privado de
interés sanitario y porque apostaba por la atención farmacéutica como
instrumento necesario en el SNS y porque se van a buscar fórmulas que
minimicen el desastre de Internet en el medicamento. Agria porque no
pudo evitar transmitir la sensación que desde hace mucho tiempo la
Administración mantiene sobre el colectivo y es que somos sospechosos:

- sospechosos de incrementar el gasto farmacéutico
- sospechosos de dar medicamentos sin receta ni criterio
- sospechosos de sustituir medicamentos con fines espurios
- sospechosos de buscar bonificaciones por encima de todo
- sospechosos de exportar medicamentos y desabastecer el mercado
- sospechosos de defraudar a Hacienda

y más sospechas que se nos pueden ir ocurriendo...

No niego que, vergonzosamente para nosotros, habrá farmacéuticos que lo
hagan y perjudican así a todo el colectivo, pero es dañino para todos
(incluido pacientes) que permanentemente se aproxime la Administración a
nosotros desde el ámbito de la sospecha, lo que se trasluce en que se
ajusten las leyes principalmente para fiscalizar movimientos, no para
promover nuevos caminos. La AF se reconoce en la ley, sí, pero nada más.
El que haga AF lo hará por amor a la profesión, lo cual es
imprescindible, pero algún incentivo creo que está en la lógica de las
cosas que se aplique. No siendo así, costará mucho más despegar aunque
la administración juego con que en el fondo se impondrá de una manera u
otra.

Me faltó también un reconocimiento explícito de las aportaciones de la
farmacia, más allá de decir que la consideran establecimiento de interés
público o que no se van a sacar las EFP de la farmacia (aunque por sus
palabras se desprendía que podrían no haberlo hecho, no sé si como
advertencia o como búsqueda de aplauso). Que la farmacia sea garante de
acceso al medicamento en cualquier parte del país 24 horas al día, que
las guardias sean gratuitas, que sea una barrera prácticamente
infranqueable para falsificadores, que preste servicios de educación
para la salud y otros complementarios que no se cobran, que seamos
cuasifuncionarios del gobierno en muchas cuestiones burocráticas del
medicamento, que haya inversiones importantes para modernizar las
farmacias (informatización, receta electrónica) etc... parece que no
tienen mérito ninguno, pese al esfuerzo cotidiano que nos supone a
muchos de nosotros. Entiendo que es nuestra obligación y que así debe
ser, pero eso no significa que no sea valorable.  

Creo que Olmos puede ser uno de los mejores valedores del farmacéutico
hasta la fecha pero aún está lejos de comprender el potencial del
sector. Y la responsabilidad de hacernos reconocer es nuestra.

Eduardo Satué







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