[AF] «e-mails» con rumores
Cimf
cimf en colfarma.org.ar
Mie Mar 8 14:10:47 CET 2006
Las organizaciones sanitarias declaran la guerra a los «e-mails» con rumores
Una mujer que fallece tras beber de una lata de refresco contaminada por orín de rata, jeringuillas abandonadas en los asientos del cine para infectar a algún incauto, productos femeninos de higiene íntima que ocasionan tumores... Estas son sólo algunas de las leyendas urbanas (todas ellas falsas) que circulan por la Red y que, diariamente, llegan al buzón del internauta. «Todos los tenemos, y por centenares. Los correos electrónicos con advertencias pueden proceder de amigos, familia y [otras] fuentes fiables.
¿Pero... son realmente fidedignos?». Quien así protesta no es un usuario ahíto de e-mails basura, sino la propia Sociedad Americana contra el Cáncer (ACS, sus siglas en inglés) a través de su página web. «A pesar de que en Internet hay multitud de información buena y creíble, existe mucha desinformación, especialmente acerca de la salud, que merece una mirada atenta», prosigue esta entidad.
Y es que un buen número de organismos prestigiosos -como la ACS, la Fundación contra el Cáncer de Mama Susan G. Komen, los Institutos Nacionales de la Salud, la agencia estadounidense del medicamento (FDA) o los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), todos ellos en EEUU-, además de compañías perjudicadas por esas leyendas e, incluso, expertos a los que se aludía como origen de la información, han decidido emplear la misma arma que esas historias apócrifas para desmentirlas: la propia Red.
De hecho, los CDC cuentan en su página web con una sección específica, Engaños y rumores, con el fin de refutar estas cadenas de e-mails que realizan advertencias sanitarias y que, en ocasiones, han llegado a nombrar a esta agencia federal como foco de la alarma.
En nuestro país, aunque sí se han emitido notas aclaratorias sobre algunas cuestiones puntuales, las autoridades sanitarias no han adoptado una estrategia general. «A veces hay informaciones que, si caes en el error de desmentirlas, les das un carácter más trascendente del que pueden tener», aclaran desde el Ministerio de Sanidad y Consumo. Además, tampoco el volumen de correos relacionados con la salud es tan elevado como en EEUU.
Según la Asociación de Usuarios de Internet (AUI), que cuenta con una campaña contra los correos basura o spam, los más frecuentes son las cartas en cadena, las ofertas para trabajar desde casa o los contenidos para adultos. Los rumores sobre la salud no son una categoría específica y la mayoría de los correos de advertencia que recibe el internauta español son meras traducciones de los que llevan años viajando por el ciberespacio en inglés.
Así, ya en el verano de 1998 empezó a circular un correo bajo el título «Importante. De interés para todas las mujeres» que alertaba acerca del uso de tampones, supuestamente contaminados por el fabricante con el fin de aumentar los flujos menstruales de las usuarias.
La FDA sólo tardó unos meses en desmentir la historia a través de su página web: «Recientemente, la agencia se ha enterado de que se están extendiendo por la Red alegatos acerca de los tampones. Se dice que durante su fabricación son contaminados con amianto y dioxinas, y que las fibras de rayón causan el síndrome de shock tóxico [los e-mails recomendaban pasarse al producto de algodón]. Las evidencias científicas disponibles no respaldan estos rumores».
El Instituto Nacional del Cáncer (NCI, sus siglas en inglés) ha tenido que emitir una nota similar acerca de otra alerta dirigida a las féminas: «Artículos en la prensa y en Internet han advertido que los desodorantes y antitranspirantes axilares causan cáncer de mama. Estos informes sugieren que estos productos contienen sustancias dañinas, que pueden absorverse por la piel o penetrar en el organismo a través de cortes causados al depilarse con cuchilla». Sin embargo, proseguían, «los científicos del NCI no tienen conocimiento de ninguna investigación que apoye un vínculo entre el empleo de estos productos y el consiguiente desarrollo del tumor».
De hecho, el único trabajo realizado al respecto (que niega el rumor) nació a raíz del propio bulo. Investigadores de EEUU estaban haciendo un estudio sobre factores asociados a la enfermedad (entrevistas a más de 1.500 mujeres, de las que 813 habían sufrido el tumor) cuando, «durante la preparación del cuestionario, vimos que existía la preocupación de que el uso de productos contra el sudor podía relacionarse con el riesgo de cáncer de mama».
Así, estos expertos decidieron incluir en las entrevistas preguntas sobre la depilación axilar y el uso de desodorantes. No vieron ninguna relación entre estos hábitos y la patología. «La ausencia de cualquier asociación puede ayudar a aliviar la preocupación de muchas mujeres», concluyen en un trabajo publicado el pasado octubre en el 'Journal of the National Cancer Institute'.
Hace un tiempo, esta revista también recogía un artículo acerca de estas leyendas urbanas, que incluía varias recomendaciones para identificar un e-mail engañoso: recele de los textos que no han sido escritos por el usuario que lo remitió e incluyen la frase «envíalo a todas las personas que conozcas» o demasiadas mayúsculas y exclamaciones; piense críticamente sobre lo que el mensaje dice; busque alusiones a fuentes externas (habitualmente, no existe modo de corroborar la información); si el correo nombra a algún experto, haga una búsqueda en Internet (es probable que el nombre no aparezca) y, lo más importante, no actúe basándose en el rumor hasta hablar con su médico. Y es que, tal y como señala la ACS, «incluso si los e-mails parecen proceder de la más fiable de las fuentes, los expertos sugieren que siempre busque antes la evidencia científica».
Fuente: El Mundo (Salud)
24/05/2003
Daniel Domosbian
CIMF
Argentina
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