[AF] OTRA VUELTA DE TUERCA

Diego Marro diego en farmaciamarro.com
Jue Mar 5 13:54:30 CET 2009


En mi opinión el mar de fondo de toda esta cuestión es que estamos evolucionando desde un sistema sanitario centrado en la responsabilidad casi exclusiva del médico hacia un modelo diferente, centrado en las necesidades del paciente, y que hace uso de una manera más eficiente de todos los recursos disponibles. Un modelo multidisciplinar donde el resto de profesiones sanitarias (fundamentalmente la farmacia y la enfermería) adquieren un papel más activo y asumen mayores responsabilidades frente al paciente. 
 
En el caso de la farmacia, el envejecimiento y medicalización de la sociedad, el uso de farmacoterapias cada vez más complejas y sofisticadas, el aumento exponencial de la morbi-mortalidad de los medicamentos... justifican de sobra la necesidad de un profesional que se ocupe de manera específica -aunque en estrecha colaboración con el médico y el resto del equipo sanitario- de las necesidades farmacoterapéuticas del paciente.
 
La Atención Farmacéutica no es sino la respuesta responsable de nuestra profesión a la oportunidad que le brinda este nuevo contexto ("Opportunities and responsabilities..." de Hepler y Strand). Se trata de transformar nuestra profesión para ser capaces de responder adecuadamente al papel que queremos asumir dentro de una concepción multidisciplinar de la atención sanitaria. Es decir, para asumir la responsabilidad de las necesidades farmacoterapéuticas del paciente: 1) garantizar que el paciente recibe el medicamento que necesita (el que el médico le ha prescrito o, en el caso de tratamientos de auto-cuidado, ofrecerle nuestro asesoramiento); 2) velar por la efectividad farmacológica de los tratamientos; 3) detectar y prevenir problemas de seguridad derivados de la farmacoterapia y, por último, 4) asegurarnos de que el paciente sabe, puede y quiere cumplir el tratamiento tal y como se le ha indicado.
 
Sólo desde el más absurdo y rancio corporativismo puede la OMC oponerse a este proceso. Quizás también desde el desconocimiento de nuestros verdaderos objetivos (cegados de nuevo por la suspicacia y el corporativismo). Sin embargo, los que estamos convencidos de que este es el camino no podemos hacer otra cosa que seguir trabajando por mejorar nuestra práctica y por educar al resto (médicos, pacientes, administración etc) sobre cuáles son nuestros objetivos.
 
Y, cuando nos saquen de quicio, sonreir y cantarles el rap de Eduardo!

Saludos,
D.

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Diego Marro
Profesor y Director Grado en Farmacia
Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad San Jorge





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