[AF] caso mialgia
Dicaf, sl
dicaf en dicaf.es
Mar Feb 28 11:49:22 CET 2012
Apreciada Idoya,
En Dicaf tenmos publicada una revisión sobre el tema y, por lo que señala en la segunda parte del resumen puede que debido a la edad haya habido una modificación farmacocinética que haya hecho surgir las miálgias.
Información en DICAF: disponible en www.dicaf.es
Miopatías asociadas a estatinas (I)
JAMA. 2003; 289: 1681-1690
.Las estatinas son los fármacos más efectivos para la reducción de
los niveles altos de colesterol LDL. Actúan mediante la reducción de
la síntesis de mevalonato, un precursor intermediario en la síntesis de
colesterol. Las estatinas son bien toleradas por la mayoría de los
pacientes, pero pueden producir una serie de problemas relacionados
con el músculo que pueden variar desde mialgias leves hasta
rabdomiolisis.
Los casos más graves se dan con las miositis y rabdomiolisis, que se
presentan como dolor muscular con aumento de la creatina quinasa
por encima de 10 veces su valor máximo. Se pueden acompañar de
azotemia, hiperpotasemia, hiperfosfatemia e hipocalcemia. En los
casos más graves se puede producir la muerte por elevación del
potasio y arritmias cardiacas, insuficiencia renal o coagulación
intravascular diseminada.
Con mayor frecuencia se observan elevaciones menores de la
creatina quinasa que las anteriormente descritas, pudiendo
permanecer asintomáticas, y detectándose en pruebas de rutina. Este
hecho hace difícil el establecer una incidencia de dicha enfermedad.
Las estatinas también pueden potenciar el aumento de la creatina
quinasa derivada de un ejercicio físico vigoroso.
Actualmente no existe consenso acerca de la responsabilidad de las
estatinas en la aparición de mialgias, de modo que aunque en
algunas fuentes se les responsabiliza de dicho síntoma, en los
ensayos clínicos no se ha demostrado una incidencia mayor de
mialgia en los pacientes tratados con estatinas que en aquellos
tratados con placebo.
Se ha publicado un estudio en el cual se apunta que las estatinas
pueden dar lugar a debilidad muscular, independiente de miositis o
rabdomiolisis, aunque la frecuencia con que este hecho se presenta
de forma sintomática no está definida. Más anecdóticamente también
se han publicado algunos casos de calambres asociados a estatinas y
mialgias y elevaciones de creatina quinasa que se han mantenido
después de retirar la medicación.
La base de datos del sistema de comunicación de eventos adversos
de la FDA contiene 601 casos de rabdomiolisis asociadas a estatinas
desde noviembre de 1997 hasta marzo de 2000, existiendo casos de
todas las estatinas actualmente disponibles, siendo la cerivastatina la
que se ha visto envuelta en más casos. La mitad de los casos se
produjeron en pacientes de 51 a 75 años, y un 17% de los casos en
pacientes mayores de esta edad. El 64% de los pacientes fueron
hospitalizados o tuvieron una reacción que puso en peligro sus vidas,
y el 7,8% de los pacientes murieron. La incidencia de muerte es
extremadamente baja, 0,15 por cada millón de prescripciones, lo que
se confirma también con los datos disponibles en los ensayos
clínicos.
Miopatias asociadas a estatinas (II)
.El riesgo de rabdomiolisis asociada a estatinas aumenta con la
concentración sérica de los fármacos, por lo que todos los factores
que afectan al volumen de distribución como superficie corporal y
sexo, y aquellos factores que reducen el metabolismo, como la
función hepática y renal, edad, hipotiroidismo, debilidad y diabetes,
alteran el riesgo de sufrir esta enfermedad. Por este mismo
mecanismo pueden influir en este riesgo la administración
concomitante de fármacos que afectan al catabolismo de las
estatinas. Así, en el 55% de los casos descritos por la FDA entre
noviembre de 1997 y marzo de 2000, la estatina estaba asociada a
fármacos que afectaban a su metabolismo.
Las interacciones con las estatinas normalmente son a nivel del
sistema citocromo P450 3A4, con fármacos como ciclosporina,
macrólidos o antifúngicos azólicos. Recientemente ha cobrado más
importancia las interacciones a nivel de glucuronidación, que se ha
mostrado como un mecanismo de inactivación de las estatinas. Es a
este nivel al que actúa el gemfibrozilo, siendo especialmente
significativa esta interacción con cerivastatina, ya de por sí la estatina
con mayor riesgo de dar lugar a rabdomiolisis. Los datos preliminares
publicados con fenofibrato indican que tienen menos efecto en la
glucuronidación de las estatinas.
Hay varias teorías que tratan de explicar el daño muscular asociado a
estatinas. En primer lugar se postula que la propia inhibición de la
síntesis de colesterol, y de otros compuestos producidos por la
HMG-CoA reductasa provocan inestabilidad en la membrana de las
células musculares, lo que deriva en un daño celular. Otras teorías
implican a la disminución de isoprenoides, como la ubiquinona
(coenzima Q10) o de ciertas proteínas reguladoras de unión al GTP
como responsables de estas patologías.
El principal tratamiento de las miopatías asociadas a estatinas es la
prevención. Así, en primer lugar hay que utilizar la mínima dosis
posible que permita alcanzar los objetivos terapéuticos, evitando el
uso, en lo posible, concomitante con otros fármacos que aumenten el
riesgo. Los pacientes deben ser educados para discontinuar la
medicación en caso de presentar dolor o debilidad muscular
inesperada, u oscurecimiento de la orina. Los profesionales sanitarios
deben considerar retirar el tratamiento en aquellos casos que puedan
exacerbar un daño muscular, como intervenciones quirúrgicas o
grandes aumentos del ejercicio físico.
No hay una contraindicación absoluta de usar estos fármacos en
combinación con otros que aumentan el riesgo de miopatías, puesto
que en algunos casos los beneficios superan notablemente los
riesgos, como es el caso de pacientes con elevación de colesterol
LDL y triglicéridos, que se benefician de la asociación con fibratos o
niacina, o aquellos pacientes con transplantes y ciclosporina, o en
tratamiento con antiretrovirales. En estos casos el paciente ha de
estar especialmente informado del riesgo que corre, y de la
importancia de parar la medicación en los casos anteriormente
descritos.
Los pacientes con elevaciones moderadas de la creatina quinasa
(inferiores a 10 veces el valor máximo) y asintomáticos, pueden mantener el tratamiento, así como
aquellos que presentan mialgias tolerables sin aumento de la creatina quinasa. Si los síntomas aparecen,
en el primer supuesto, o se hacen progresivos, en el segundo, los pacientes deben parar la medicación.
En estos casos una vez que desaparezcan totalmente las molestias tras la retirada del fármaco, se puede
recurrir a otra estatina. En caso de que vuelvan a aparecer los síntomas se debe recurrir a fármacos de otras clases.
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Att.
Alex Bonal
Dicaf, sl
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