[AF] Producto nuevo

[Eduardo Satué]

Me temo que es el Tonalin, y nuestra sapientísima amiga Mª Teresa Campos
la que muestra al mundo la revolución del ácido linolénico, como otrora
hiciera Encarna  con las empanadillas, los adelgazantes a base yodo y
otros grandes productos de la sabiduría reinante. 

Una paciente  me lo pidió y ante mi ignorancia por sus poderosos efectos
le inquirí en que consistía tamaño portento. Ni corta ni perezosa me
contestó:
 - me ha dicho un médico que su efecto no es tanto perder peso como
perder volumen -. 
Vamos, la cuadratura del círculo. Le cambio a usted una talla 50 por una
talla 40 y todo con el mismo peso. Ante eso sólo se me ocurrió pensar
que el ácido linolénico cambia los estados de energía de los electrones,
acercando sus capas y aumentando la densidad de los átomos. Enseguida
discurrieron por mi imaginación múltiples aplicaciones: encoger los
coches para aparcarlos, disminuir al mínimo ese espantoso regalo de boda
que no sabes donde meter, contraer el babeante perro del vecino hasta la
mínima expresión... Ni los mejores escritores de ciencia ficción
supieron dar con un producto más increíble que el tonalin... Todo esto
se me debía reflejar en la cara porque la señora se me quedó mirando
preocupada, como si el estupor que me invadía al escuchar sus tajantes
declaraciones fueran síntoma de un delirio cerebral. La historia
finalizó en que, haciendo un gran esfuerzo de concentración, le dije que
lo investigaría, no sin antes aconsejarle cierta prudencia hacia lo que
dijéramos médicos y farmacéuticos a la primera de cambio.

Señores, creo que sólo cabe una solución: llamar en masa al programa de
Mª Teresa Campos y pedir unánimemente que le den el premio Nóbel del
Periodismo por su profesionalidad y su transmisión de los avances
científicos.

Eduardo Satué