[AF] Hemos triunfado!

[Eduardo Satue]

Hay una cosa que está clara: hoy nos pagan por el acceso al medicamento de calidad y eso lo hacemos muy bien. La red española de acceso al medicamento es una de las mejores del mundo, sino la mejor. En cualquier sitio de España a cualquier hora del día existe una farmacia cercana que te va a proporcionar un medicamento de calidad (y eso lo valoran bien las redes que están agujereadas por los medicamentos falsificados). 
Practicamente ningun otro mercado dispone de un servicio de distribución como el farmacéutico. Esa es el servicio que se nos reconoce y se nos valora, sumado a la verificación de condiciones administrativas de validez de la prescripción. En este campo nos dan una gran capacidad de actuación. Sólo con que una receta parezca dudosa podemos parar la dispensación.

Además, se nos paga pero se nos reconoce menos por ejercer de supervisores del medicamento, esto es, por tratar de solucionar de forma receptiva los problemas y dudas que vayan surgiendo en relación a los medicamentos. Una señora tiene un prm con un medicamento e intervenimos, no sabe como usarlo etc... Con esta función solventamos infinidad de problema que de otro modo desbordarían los centros de salud. Pero no es una función cuantificada ni sistematizada, amén de que la administración no valora que se haga de forma activa. De alguna forma se espera y se confía, tanto por parte de la sociedad como de la administración, que cuando surja un problema tratemos de resolverlo si sabemos y si podemos y si no derivemos al centro de salud.

Lo que la administración no espera ni valora es que lo hagamos de forma sistemática y preventiva (a todos los pacientes se les verifican interacciones, contraindicaciones...) ni continuada en el tiempo (seguimiento) ni que desarrollemos las competencias que de estas funciones se derivan de forma natural (capacidad de sustitución, dispensación excepcional, adecuación de dosis...) ni se plantea dotarnos de los medios necesarios (comunicación con el centro de salud, formación, investigación...)

¿Qué panorama tenemos?
Seguir funcionando en base al acceso y la verificación administrativa no deja de ser un oficio. No tenemos más responsabilidad que la de un administrativo logístico. El valor que se asigne a esta función no dejará de caer puesto que no implica mayor relevancia que no perder capacidad de distribución y apretarán hasta el limite, a no ser que nos plantemos (incógnita como pocas en nuestra profesión) .
La receptividad a la hora de tratar los prm es lo que aducimos que es nuestra función "profesional" insustituible. Es verdad que es una función importante, pero como no se cuantifica ni sistematiza, no pesa a la hora de que nos paguen por ello. En todo caso sirve para que los medicamentos no se vendan en los estancos y permanezcan en las farmacias .
La única manera de ser relevantes profesionalmente es desarrollando una competencia profesional y sistematizada que supervise el uso racional del medicamento en la población de forma generalizada, que deberá constar de distintos servicios que impliquen distintas labores y que se remuneren de forma acorde, con el desarrollo profesional.

¿Qué debe existir un copago para la prestación farmacéutica? Al margen de lo que cada uno opinemos al respecto, el sistema de pago no tiene porque ser determinante para una cosa u otra. El desarrollo de competencias profesionales es una cosa y el copago otra.

Lo que no debemos olvidar es la relevancia que queremos tener en la sociedad, donde queremos poner el acento: suministradores con ciertos aspectos profesionales o profesionales que además suministran

Eduardo Satue